La solución siempre se encuentra cuando la decisión es superar las adversidades contra viento y marea.
Aferrarse a esa decisión con uñas y dientes, aún sin entender las razones, la convierte en un “auto-mandato”, que guía el camino.
Lo inamovible es esa decisión, no las “mini decisiones”, dinámicas en función de los sucesos que van ocurriendo en el mundo real.
En los tiempos que vivimos, la gestión estratégica ya no puede prescindir de la creatividad para agilizar los
cambios, creando alternativas superadoras.
Claridad de pensamiento y organización es básico para superar cualquier crisis.
El valor positivo de reinterpretar el significado de los estímulos negativos, (o sea cambiar la manera en que sentimos, cambiando la manera en que pensamos) está probado científicamente.