Vivimos en una era donde la tecnología nos enfrenta a un reto sin precedentes: desarrollar el pleno potencial de nuestro cerebro para interactuar en un mundo desconocido que cambia a un ritmo vertiginoso. Este desafío nos obliga a repensar nuestras creencias y a transformar nuestra manera de pensar y resolver problemas, siempre con la conciencia de evitar la manipulación.
Hoy, más que nunca, la creatividad y la innovación se presentan como nuestras mayores oportunidades. Pero para aprovecharlas plenamente, necesitamos recuperar algo fundamental: el sentido común, el poder interior y la capacidad de pensar críticamente. En un momento donde gran parte de la Sociedad está profundamente dañada, esta recuperación no es solo una necesidad, sino una urgencia.
Imaginemos la creatividad como nuestro capital, un recurso innato y poderoso del cerebro, y la innovación como el trabajo, la energía que convierte ideas en realidades. Esta asociación ha sido siempre el motor de la economía, la diferencia es que ahora es esencial repensar las ideas a la luz de las nuevas circunstancias y crear nuevas formas de llevarlas a la práctica, equilibrando rentabilidad y bienestar.
Mi propuesta, basada en un análisis con visión integradora del contexto, es clara: promover la Innovación práctica para la Vida y los Negocios, apoyada en tres pilares fundamentales:
- Conciencia: Despertar la comprensión profunda del entorno y sus desafíos.
- Recuperación: Rescatar y revitalizar el sentido común, el poder interior y la capacidad de pensar críticamente.
- Resolución por Innovación: Abordar y resolver problemas mediante soluciones creativas y originales, aprendiendo nuevas formas de trabajar.
Los Seres Humanos, tenemos la capacidad de potenciarnos mutuamente para evitar la deshumanización que puede acarrear un uso imprudente de la inteligencia artificial. Abrirnos a nuevas miradas y trabajar en conjunto con Personas de distintos saberes y experiencias es clave para innovar en la toma de decisiones, la gestión y la creación de marcas.