Hace tiempo, me sorprendí a mí misma diciendo una frase que suelo repetir:
“la decisiones que no tomamos por nosotros mismos, las toma la vida”.
Esa frase no salió de la nada, fue producto de la observación y la reflexión sobre varios casos que tenían una característica común, el error de creer que si no tomamos decisiones “no pasa nada”.
Y sí pasa, el problema sigue creciendo.
Hoy tiene más vigencia que nunca. Un virus invisible al ojo humano nos puso en cuarentena, vino para decir “NO VA MÁS”, al igual que el crupier (repartidor de casino), cuando le pone límite a las apuestas de los jugadores y pone en movimiento a la ruleta, para definir un ganador.
Habrá ganadores y perdedores, en parte según las decisiones que tomen, producto de aprovechar la crisis, en el buen sentido, invirtiendo el tiempo en hacerse replanteos: ¿A qué le vamos a apostar de aquí en más?, ¿Cuáles son los valores esenciales con los que vamos a manejarnos?.
Vos, ¿Dónde pones el foco?, ¿Cuál es la respuesta qué te identifica?, la 1, la 2 o la 3?.
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