Es claro que el liderazgo colaborativo tiene beneficios que impactan en los resultados.
Sin embargo, en la práctica, existen Líderes que se creen superiores a los demás, como si fueran una especie diferente.
De algún modo lo son, pero no en la forma que ellos piensan, sino que tienen una forma de ejercer el poder que asusta y hace difícil romper el juego.
Quieren tener al Mundo en sus manos, para hacer lo quieran, en beneficio de sus propios intereses.
Llamar a las cosas por su nombre y tomar conciencia de que tomar decisiones es un proceso que puede mejorarse, es un síntoma de madurez y el primer paso para encaminarse a resolver cualquier tipo de problema o conflicto, por más complejo que sea.
Es tiempo de quitarle la sábana al fantasma y verlo tal como es, sin más suposiciones. Hacerlo, trae más alivio a las Personas de lo que creen.
¿Cómo se llegó a la decadencia?
La decadencia en Argentina no es casualidad.
El tema se puede analizar desde distintas perspectivas, en esta ocasión, elijo la que menos se comenta: la forma perversa de ejercer el poder, como causa principal de la decadencia.
Se trata del obrar de ciertos Líderes que diseñaron minuciosamente un sistema de corrupción y lo implementaron con estrategias seductoras, perversas y sostenidas en el tiempo. Saben bien lo que hacen, eligen a sus víctimas, a las que primero seducen con el hábil uso de las palabras, y luego conducen, a través del miedo, con el único objetivo de acceder al poder y sostenerse a perpetuidad.
Para llevar adelante sus planes, necesitan “colaboradores”.
Por cierto, es importante diferenciar, no todos entran en la misma bolsa. Aunque hay cómplices, también hay muchas víctimas, especialmente jóvenes, que confiaron hasta que se dieron cuenta de la trampa mental que lleva a la estafa moral y económica con características específicas, difíciles de identificar.
“La perversión fascina, seduce y da miedo”, dice Marie-France Hirigoyen, en su libro Acoso Moral. Psiquiatra y Terapeuta familiar con formación en victimología, en Francia y Estados Unidos.
Y aclara: “La perversidad no proviene de un trastorno psiquiátrico, sino de una fría racionalidad que se combina con la incapacidad de considerar a los demás como seres humanos. Algunos de estos perversos cometen actos delictivos, por los que se los juzga, pero la mayoría de ellos usa su encanto y sus facultades de adaptación para abrirse camino en la sociedad dejando tras de sí personas heridas y vidas devastadas. Psiquiatras, Jueces y Educadores hemos caído en la trampa de perversos que se hacían pasar por víctimas …”
En tiempos de pandemia, Santiago Kovadloff, Filósofo, dijo: “La perversión está en la negación de lo que sucede y en el ocultamiento de la criminalidad”. Entrevista de Luis Majul. 7/6/2020.
La forma perversa de ejercer el poder, es la “marca personal” de algunos líderes que existen en cualquier ámbito: familiar, empresarial o institucional, sin importar el nivel económico o País.
La perversión se inicia con el abuso de poder, algo que tiene un fuerte impacto en la mente de las Personas. Cuesta creerlo, porque es una traición al rol, una forma de corromper la autoridad, incumpliendo las funciones que hacen a la esencia del poder que les fue conferido.
No obstante, una sociedad adulta, con sistemas ordenados y efectivos para gestionar soluciones reales, genera mecanismos de defensa contra el abuso de poder.
No son desafíos fáciles de abordar, pero garantizo que es posible salir, aunque no solos, ni con métodos clásicos y mucho menos con visiones parciales o visiones únicas.
¿Cómo salimos adelante?
Sin duda alguna, las soluciones son generadas por la interrelación Humana, más allá del avance de la tecnología de la información y la comunicación (TIC), entendiendo la complejidad del Mundo que nos taca vivir, que no puede analizarse desde una sola perspectiva.
Poner en juego la creatividad y la innovación, en la forma de tomar decisiones y gestionar soluciones, es una necesidad evidente, a esta altura de los acontecimientos, porque están todas las cartas sobre la mesa.
Combinar es potenciar, en ambos sentidos: para beneficiar y para perjudicar.
Los límites forman parte de la solución, son el primer paso.
Son necesarios, porque:
- Ordenan.
- Contienen.
- Encuadran.
- Evitan desbordes.
Son como el cauce de un río, que permite que el agua fluya sin invadir otros terrenos.
Los límites se ponen tomando decisiones. Si cuesta hacerlo, tal vez, no se están viendo los beneficios.
La resolución de problemas es una especialidad, como lo es la Clínica en la medicina. Considera a la Persona como un todo y hace foco en acortar la distancia entre la teoría y la práctica.
Es clave repensar temas como la toma de decisiones, el liderazgo, la gestión y la resolución de problemas, ya que el enfoque clásico que prioriza lo racional es un error histórico que conduce a escenarios no reales.
Los resultados de las investigaciones en neurociencias brindan mucha información sobre el funcionamiento de la mente que no siempre se ve aplicada en la realidad cotidiana.
Enfrentar la cruda realidad, sin maquillaje, es el primer paso, crucial para seguir avanzando.
Es indispensable recuperar el respeto entre los Seres Humanos, la autoconfianza y aprender a construir una cultura que resuelva los problemas, en lugar de barrerlos bajo la alfombra.
“Nada cambia hasta que algo se mueve”, decía Einstein.
Lo que hay que mover son estructuras de todo tipo, mentales, de organización, de toma de decisiones, de gestión y de liderazgo.
La propuesta de la Innovación Humanística es una forma efectiva de trabajar, integrando el cambio que beneficia al Ser Humano, para ampliar la mirada más allá de la tecnología.
Es importante incluir en cada agenda y en cada proyecto un espacio para la Clínica de Ideas, ya que las Personas funcionan de acuerdo a lo que tienen en mente.
Revisar las ideas y renovarlas es indispensable para hacer cambios y recuperar el poder interior (PI), “delegado”, a veces, en forma inconsciente.
Nota: las imágenes fueron creadas con inteligencia artificial (craiyon.com)